Los bares con flamenco en Granada son inseparables de la historia del ‘Arte Jondo’. Y es que flamenco y tablao van de la mano, y la contribución de dichos locales a este género musical es inconmensurable. Los tablaos, centros escénicos y gastronómicos, han ayudado a la inclusión del flamenco en la ‘Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco’ y a la posterior creación del Día del Flamenco en Andalucía, el 16 de noviembre.
Aunque los tablaos flamencos en Granada están presentes en otros rincones del mundo, la provincia andaluza es un escenario privilegiado, al punto de reconocer aquí su patria genuina. La Real Academia Española (RAE) define el ‘tablao’ como un «escenario dedicado al cante y el baile flamencos», andalucismo que ya revela sus hondas raíces en el sur peninsular.
La historia del tablao flamenco en Granada se inicia bien entrado el siglo XIX con las denominadas ‘catedrales del duende’, locales pioneros donde el cante, el baile y el toque se desarrollaron y evolucionaron libremente. Estos espacios, más conocidos como ‘café cantante’, proliferaron por la geografía española hasta 1960, cuando adoptaron su actual denominación de tablaos o tablados.
Hoy el tablao flamenco continúa siendo lo que fue: ‘templos’ para la interpretación de esta expresión de música vocal y de danza, en combinación con las funciones propias de un establecimiento hostelero de primer nivel. Porque además de acoger las actuaciones de aristas rutilantes y de visibilizar el flamenco y su cultura centenaria, los tablaos sacian el apetito de los gourmets más exigentes, especialmente de aquellos que desean degustar las especialidades granadinas: ensalada zalamandroña, tortilla del Sacromonte, habas con jamón de Trevélez, remojón granadino, moraga de sardinas, etcétera.
Granada: presente y futuro de los tablaos flamencos
Que los mejores tablaos flamencos en Granada figuren a su vez entre los mejores del mundo ayuda a entender la importancia de la provincia andaluza en el desarrollo y devenir del ‘Arte Jondo’. En verdad, la contribución de los tablaos granadinos al flamenco es clara, aunque difícil de cuantificar.
El flamenco nació de la fusión de culturas árabe, judía y gitana que la España de los siglos XV y XVI de la cual Granada fue el centro cultural, social y político. Por ello el centro histórico de Granada siempre tuvo grandes tablaos y el alma de éstos se encuentra actualmente en la Plaza de Toros de Granada, construida en 1928, monumento de estilo neomudéjar y desde 1991 catalogada como Bien de Interés Cultural. Actualmente los bajos de la plaza de toros albergan bares, restaurantes y tablaos donde se vive el flamenco original de la ciudad.
Posterioremente en las cuevas del barrio del Sacromonte, surgió una de las danzas más singulares y representativas del flamenco, La Zambra. Se originó en el siglo XVI y es muy practicada por los gitanos granadinos, siendo para los entendidos una evolución de diversas danzas importadas por los árabes.
En las cuevas del barrio del Sacromonte, por ejemplo, surgió una de las danzas más singulares y representativas del flamenco, La Zambra. Se originó en el siglo XVI y es muy practicada por los gitanos granadinos, siendo para los entendidos una evolución de diversas danzas importadas por los árabes.
Pero este mismo enclave, sito en la parte oeste de la capital provincial, también es la cuna de dos de las voces más populares en la escena flamenca: ‘duende’ y ‘jondura’, que significan respectivamente «encanto misterioso e inefable» y «cante más genuino andaluz, de profundo sentimiento», de acuerdo a la RAE.
Como no podía ser de otra manera, Granada acoge uno de los principales eventos del calendario flamenco: el Festival de Cante Flamenco de Ogíjares, que viene celebrándose de manera ininterrumpida desde 1979, siempre con un cartel a la altura del mejor ‘Cante Jondo’ del mundo.
En vista de lo anterior, parece lógico que Granada sea una ciudad perfecta para iniciarse en el disfrute del flamenco y de sus cantes y bailes característicos: el fandango, la bulería, la sevillana, etcétera. Por ello, se recomienda visitar los tablaos de las cuevas del Sacramonte y del Albaicín, sin olvidar otros situados en enclaves tan emblemáticos como la Plaza de toros de Granada, donde encuentra su sitio La Soleá, una fusión de restaurante y tablao flamenco que debe su nombre a uno de los palos flamencos más valorados.
Y es que regalarse una cena y tablao flamenco en Granada es una experiencia memorable en todos los sentidos. La oportunidad de asistir a un espectáculo cultural y artístico de primerísimo orden, así reconocido por la Unesco y por millones de visitantes nacionales y extranjeros.